Los 10 mandamientos del corredor de fondo
- El descanso es otra parte del entrenamiento: sin un
descanso adecuado podemos lesionarnos y nunca asimilaremos los
entrenamientos ni nos dará tiempo a reponer fuerzas para una nueva
sesión. Poner dos días de descanso a la semana intercalados es la mejor
idea y siempre mínimo un día de descanso después de una competición.
- La carrera continua suave es la base del entrenamiento de fondo:
con ella se trabaja la resistencia de bajo impacto, acostumbrando al
organismo a utilizar las grasas como principal sustrato energético, se
aumenta el tamaño del corazón y por tanto se reducen las pulsaciones, se
crea una mayor capilarización muscular y se adapta a músculos, tendones
y cartílagos a un esfuerzo prolongado.
- Las series cortas y repeticiones nos harán más rápidos:
con ellas fomentaremos la potencia aeróbica, esos momentos de la
carrera en la que necesitamos apretar y que el cuerpo nos responda. Con
estas series el cuerpo aprende a reciclar el lactato para que no nos
fatigue y pueda utilizarlo como nueva forma de energía.
- Cambios de ritmo o fartlek: en palabras de un
entrenador sería el trabajo del método continuo de intensidad variable,
es decir, hacer salidas de larga duración pero variando el ritmo según
intervalos de tiempo para generar picos de fatiga y posteriores
recuperaciones al aminorar el ritmo. Con esto se trabaja la capacidad de
recuperación durante la carrera.
- Variado es mejor: nunca utilizar el mismo
recorrido, ni los mismos compañeros de entreno. El cuerpo se adapta a
todo y al final se entra en una monotonía que no nos hace avanzar.
- Estirar es necesario: antes y después de los
entrenamientos. Antes para calentar los músculos y evitar lesiones y
después para facilitar la recuperación del músculo y evitar que tras
muchos minutos de ejercicio repetido el músculo se limite a la tensión
del trabajo y aparezcan contracturas o desequilibrios musculares.
- La técnica de carrera es fundamental: realizar el
gesto de la carrera mal acarrea lesión segura. Además una buena técnica
de carrera supone una eficacia energética que se traduce en el mismo
esfuerzo pero con menos gasto de energía, y esto al fin y al cabo es
correr más y mejor.
- Abdominales y lumbares para correr mejor: estos
grupos musculares son los que nos mantienen en una postura erguida
correcta. En la carrera mantener el tronco erguido y sin oscilaciones
mejora la técnica, evita lesiones y ahorra energía. Acabar el
entrenamiento con ejercicios de abdominales y lumbares es una buena
idea.
- La fuerza también nos sirve: y aqui el término
fuerza no es sinónimo de gran desarrollo muscular, nos referimos a
ejercicios de fuerza básicos que tonifiquen los músculos implicados en
la carrera (cuádriceps, isquiotibiales y gemelos), así mejorará la
técnica de carrera, se protegerán rodillas y tobillos y se ganará esa
chispa de energía que nos hace ser más rápidos.
- El entrenamiento cruzado te hará avanzar: no sólo
de correr vive el fondista. Bicicleta, natación, senderismo…hay
múltiples actividades que sirven para entrenar y al mismo tiempo meten
un punto de diversión y variedad. Es recomendable meter un día o dos de
entrenamiento cruzado cada dos semanas, pero a una intensidad moderada
para evitar lesiones al hacer una actividad poco habitual.
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