Cuando alguien nos pregunta si hacemos ejercicio, lo más probable es que nos venga a la mente la imagen de una persona corriendo, jugando a tenis o nadando, mientras que la imagen de alguien levantando pesas o haciendo powerlifting (levantamiento de pesos con potencia) la solemos descartar y asociar a personas que quieren acabar con cuerpos extramusculados o dedicándose al culturismo. Por lo menos, esta era la idea de la mayoría de nosotros (sobre todo de mujeres) respecto a este tipo de deporte hasta hace relativamente poco.

¿Por qué deberíamos entrenar fuerza?

Durante muchos años, cuando se hablaba de la relación entre la salud y el ejercicio físico, casi todo el mundo pensaba en el ejercicio cardiovascular; es decir, correr, hacer aerobic, nadar… Y el entrenamiento de fuerza se entendía como algo puramente estético y de rendimiento. De todas formas, en los últimos tiempos parece que está ganando terreno y posicionándose en el lugar que le corresponde en cuanto a beneficios para la salud.

Es indiscutible que es necesario alimentarnos de forma correcta para tener buena salud. Sin embargo, combinar una alimentación adecuada con otros aspectos como la gestión del estrés, unos buenos niveles de vitamina D, mantener relaciones sociales y, sobre todo, mantenernos activos, es la clave para sentirnos realmente bien. No vale llenar nuestros días de buenas intenciones alimentarias si nos vamos a pasar la jornada entera en una silla frente al ordenador.

Trabajar la fuerza puede ser muy beneficioso para mantenernos físicamente jóvenes