Respirar
es vivir, y hacerlo de una manera correcta es garantizarse mayor
calidad de vida. En los deportes aeróbicos, como la carrera a pie, es
crucial aprender a respirar correctamente, coordinando los pulsos de
toma y salida de aire con nuestras zancadas.
Por HERNÁN SILVÁN.
A
veces el sistema respiratorio no rinde como nosotros quisiéramos y es
necesario hacer una revisión estructural y funcional de sus músculos,
huesos y cartílagos. La técnica, como en otros aspectos del deporte, es
crucial a la hora de respirar. Si cualquier mañana soleada subías
corriendo al bosque de la tapia de abajo de la Casa de Campo podías
contemplar la sutil belleza de los primeros rayos luminosos que
salvaban las alfombras de pinos, alumbrando la vereda. Esto sucedía, en
invierno, entre las 11 y las 12 h. Era como entrar en otro mundo cuando
tan sólo llevabas corriendo 15 o 20 minutos. Madrid no quedaba tan
lejos, pero lo parecía.
ESCUCHA TU RESPIRACIÓN
Ni
un solo ruido. Bueno sí, tus zancadas y tu respiración. Pero también
podías encontrarte, surgiendo de entre la neblina de luces, a ciertos
personajes que, con el torso desnudo y pantalones cortos arremangados,
avanzaban a grandes pasos abriendo sus brazos y cerrándolos entre
inhalaciones y exhalaciones.
A
veces había un par de ellos, recorriendo el caminito que transcurre
solidario al arroyo. La temperatura exterior podría rondar los 8º pero
su piel marrón delataba que era costumbre y no flor de un día andar
casi sin ropa por entre los árboles. Robaban con enorme determinación
los escasos hilillos de sol y te decían “buenos días” o alguna palabra
de ánimo sin titubear por el frío ambiente. Una vez le dije a uno “hoy
hace más fresco” y él, casi molestándose, me espetó “respirar es vivir y
lo que aquí respiramos es un tesoro”.
Corta
recompensa para tanto atrevimiento, pensaba yo. Pero con los años
aprendí a valorar a aquellos hombrecillos del bosque, que tenían esa
curiosa técnica respiratoria por la cual sus bronquios no se amilanaban
ante el frío reinante.Creo que alguno queda. Otro me dijo algo de unos
marchadores que se metían en cámaras congeladoras. Pero lo que no me ha
contado nadie es la técnica que utilizaban esos para fatigarse menos
resistiendo al frío.
Años
después, algunos opinaron advirtiendo de lo peligrosos que eran
aquellos “locos del bosque” y de sus estrafalarios comportamientos
respiratorios. Y yo les increpé: ¿Estrafalarios? ¿Habéis visto ahora a
los de las tiritas en el puente de la nariz, a los que duermen en
tiendas de campaña sin casi oxígeno o a los que escupen sus gases a
extrañas boquillas contra presión?Parece que lo verdaderamente
necesario para el humano es añadir o poner algo a tu cuerpo pues
debemos estar mal diseñados. En la nariz, en la pierna, dónde sea.
Siempre se necesita alguna ayuda externa.
LAS AYUDAS EXTERNAS
Lo
de las “tiritas en la nariz”, me recuerda a las “míticas” declaraciones
de un fraile escolapio explicando cómo se hizo Butragueño el gran
jugador que fue. Contaba aquella persona de bien que el truco eran las
pequeñas piedrecitas que le metían dentro de las botas de fútbol. Si
era capaz de maravillar jugando con aquel tostón dentro del zapato no
es difícil imaginar que cuando se las quitábamos para los partidos de
competición volaba por todo el campo. Así lo relataba el sonriente
susodicho (vislumbrándose un cierto brillo en una de sus comisuras
labiales) ajeno por completo al gran daño que, con sus palabras, hacía
al entrenamiento deportivo reglado y a las condiciones innatas del
jugador. Incluso, aunque aún no sea oficial, he aquí, amigos, lo que
podría ser uno de los orígenes de la epidemia de fascitis plantar que
sufre en la actualidad el corredor de fondo. No me quejaré, pues
comportamientos de buena voluntad (pero corta ciencia) como éste
alimentan mi consulta.
Tiendas
de campaña con baja presión de oxígeno donde el individuo pasa la
noche medio tóxico. Se me ocurre, a bote pronto, que la mujer “al otro
lado de la cama” puede que se sienta algo desplazada en el plano
psicológico pero medio sonríe pues sabe lo que gana en salud física
alejándose del dióxido que debe poblar la tienda. Recuerden lo bueno
que es el oxígeno para el cerebro y no anden jugando con fuego. Bueno,
con los gases que desprende el fuego.
Últimamente
me acerco con cierta frecuencia a Londres y suelo comprar esa oda al
merchandaising que es la Runner's World británica. Me asombro cada mes
con un nuevo invento atlético para mejorar tus marcas. Y entre perneras
para periostitis, soportes para el talón, ahuyenta-perros por
infrarrojos y las famosas medias “like Radcliffe” descubro,
ensimismado, unas boquillas para hiperventilar que harían las delicias
de los más viciosos del underground madrileño hastiados de tanto crack.
Lo más útil para pillar un pedal de campeonato por un módico precio y
encima, alegan que se trata del equivalente a un típico entrenamiento
en montaña. ¿Puede haber gente con más morro? Sí. El que lo use durante
un par de meses (pues parece ser que una dosis diaria equivale a
inflar 300 globos) tiene garantizado el “look Mick Jagger” de por vida.
Orden, únicamente me refería a lo de los labios.
Con
la contaminación y los altos niveles de ozono tenemos descontrol
gaseoso suficiente como para no andar tonteando con inventos (mal que
pese al fabricante o distribuidor) estrambóticos y nada probados.
EL SISTEMA RESPIRATORIO HUMANO
Se
dedica, básicamente, a absorber el oxígeno de la atmósfera y a expulsar
los residuos de dióxido de carbono hacia fuera. Es fundamental para la
vida pues ese oxígeno que capta va a nuestras células. Sin oxígeno
nuestras células, sencillamente, mueren. Hay tejidos que al quedar
durante algunos minutos privados de ese bien tan preciado se dañan de
forma irreversible. Los nutrientes que tomamos en las comidas se deben
mezclar con el oxígeno, con las enzimas y otras sustancias químicas y
de ahí obtenemos la energía necesaria para vivir.
Siempre
estamos respirando. Y cuando corremos adaptamos nuestro ritmo,
frecuencia y volumen ingerido y expulsado para acomodar el sistema a
las necesidades que nos crea la nueva situación, más exigente que el
reposo.Pero tenemos una cavidad para contener el volumen que tomamos y
no conviene mezclarlo con lo que debemos expulsar que son los gases
tóxicos para el humano.
Si
dividiéramos para su estudio el sistema respiratorio en partes
(funciona siempre como un todo, como una bomba acoplada al sistema
circulatorio que no debe pararse) podríamos pensar en una máquina que
bombea y mueve todo el sistema (los músculos, las fascias que los
recubren, los huesos en los que se insertan como son las costillas o los
cartílagos que los unen entre sí deben funcionar bien y no estar
bloqueados), en 2º lugar unos conductos que transportan el aire, los
bronquios que se hunden dentro de los pulmones y en 3ºlugar el propio
tejido pulmonar que facilita que las diminutas burbujas de aire se
entremezclen con la sangre (en concreto, son los alveolos pulmonares).
El
músculo diafragma, situado bajo los pulmones, hace de pistón para
facilitar el bombeo global. Es un músculo en forma de cúpula que recubre
la caja torácica, naciendo del esternón y las costillas y primeras
vértebras lumbares. Es el músculo respiratorio por excelencia y aumenta
el diámetro vertical del tórax, rechazando el abdomen hacia abajo
para conseguir más espacio. También aumenta el diámetro
anteroposterior y el transversal del tórax para coger aire. Es el
músculo inspiratorio por excelencia. Cuando soltamos el aire
(espiración) se relaja subiendo las cúpulas torácicas y así disminuye
la capacidad o volumen torácica, pudiendo ejercer un empuje extra para
echar el aire (pasivo). Si hay excesiva tensión de sus fibras
musculares repiraremos mal y nuestro rendimiento en el intercambio de
gases se verá afectado. Nuestro rendimiento deportivo se resiente,
pero a nadie se le ocurre incluirlo en sus cotidianos ejercicios de
estiramiento, por si acaso. Pues bien, es de capital importancia su
estiramiento en los deportes aeróbicos.
RECORDEMOS CÓMO SE HACE:
Traccionamos
hacia arriba de los ángulos inferiores de la jaula torácica, en
inspiración; y cuando soltamos el aire resistimos un poco y abrimos
lateralmente el tórax con nuestras manos, que traccionan (“abriendo”) a
ambos lados, como si separaramos las costillas del cuerpo.
Otros
músculos muy importantes a la hora de mantener nuestro sistema
respiratorio sano son los accesorios de las costillas superiores, que
cuando necesitamos más aire entran en juego. Llamados músculos escalenos
nacen de las 2 primeras costillas y se dirigen al cuello. De ahí que
cuando estamos tensos y nuestro cuello está rígido respiramos peor. La
postura al correr es fundamental y debes ser observado por tu
entrenador o por otros compañeros para ver si corres o no con el
cuello crispado. Dicen que estos músculos están excesivamente tensos
en afecciones respiratorias como el asma o las alergias, pues al
posicionarse erróneamente las costillas que los cobijan se estiran en
exceso. Pero una buena prevención es estirar estos músculos (poco
habituales) como hacíamos con el diafragma.
Para
estirar los escalenos conviene inclinar lateralmente la cabeza hacia
atrás. En esta posición, el estiramiento se realiza con rotación leve
de la cabeza al mismo lado y cierta inclinación lateral (el componente
menos necesario) notando una sensación de agradable destensado,
durante 10 o 15 segundos, pudiéndose repetir hasta 3 veces.
De
los estudios del profesor Gesret en Francia sobre alergias y asma se
deduce que muchas enfermedades respiratorias (curiosamente frecuentes
en corredores de fondo) se presentan con importantes desequilibrios en
la caja torácica, la jaula que forman las costillas y las vértebras
dorsales junto a las clavículas y el esternón. También se observa en
estos pacientes que los músculos inspiratorios y espiratorios están
seriamente “desequilibrados” pues no trabajan coordinados (esto sería
fundamental corregirlo si queremos mejorar nuestro rendimiento). Ello
justificaría cómo muchos corredores sienten falta de aire e incluso
asfixia cuando realizan algún entrenamiento más exigente y esto les
lleva a padecer dolores torácicos, costales o en el pecho,
especialmente preocupantes si son en el lado izquierdo. Cuando
realizamos prueba de esfuerzo en ellos, el electrocardiograma es
perfecto, sin embargo la capacidad de manejar un gran volumen de
oxígeno, especialmente en inspiración está limitada.
Habría
que revisar muchos de los diagnósticos de “asma por esfuerzo” pues en
bastantes casos el reequilibrado y ajuste de vértebras dorsales y
costillas mejoran todo el cuadro.
Conviene
hacer un tratamiento muscular con masaje decontracturante y liberación
fascial mediante trazos paravertebrales o intercostales. A veces la
terapia humoral con ventosas nos ayuda a realizar esta limpieza
fascial (por entre las fascias o cubiertas del músculo corren arteria,
vena, vaso linfático y nervio de ahí la importancia de su limpieza)
tal como muestran las imágenes.
Si
hay oxigenación adecuada la fibra muscular deja de estar “tóxica” y
responde correctamente al ejercicio físico más exigente. Como toda la
musculatura auxiliar de cuello, espalda y tórax se pone en marcha para
ayudar a coger más aire en los entrenamientos y competiciones más
exigentes no deben faltar adecuados estiramientos.
La
manipulación vertebral cervical y torácica así como el ajuste costal
pueden completar el tratamiento manual, cuando estén indicadas. No
olvidar que existen “esguinces costales” que pueden generar dolor y
espasmos musculares, entrando en un círculo vicioso de mayor dolor y
mayor tensión muscular con acortamiento de las excursiones
respiratorias correspondientes que sólo generarían más toxicidad
muscular y mayor contractura con dolor. Estos pequeños detalles
articulares y musculares son “gigantes” cuando forman parte de la
maquinaria de algo tan vital como la respiración.
Cuando
acabamos el tratamiento manual mandamos ejercicios respiratorios con
expulsión de aire y flexión de la columna torácica y con inspiración o
toma de aire a la vez que nos enderezamos. Reproducimos los
movimientos costales y vertebrales haciendo rotaciones y flexiones
laterales, también. No es mucho. Hay que seguir investigando.
También
existen los métodos orientales de respiración, como los usados en
yoga. En mi experiencia son poco extrapolables al corredor de fondo
por el predominio de la respiración torácica en nuestro deporte.
Relajan y ayudan, pero hay algo más que necesita el corredor.
Si
me encontrara alguna vez a alguno de aquellos “hombrecillos del bosque”
seguro que les preguntaría el secreto de su técnica respiratoria.
Estoy seguro de que se trata de algo revolucionario. En aquellos años
nadie se atrevió a preguntarles por ella para conocerla bien. En
cambio, sí nos atrevimos a criticarla. Por ello no la aprendimos nunca.
FUENTE: runners.es
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